miércoles, febrero 18, 2009

Para el hombre de los gentilicios

A ver, Chencho, si dejas de hacer caso a esta gente que usa internet para llamar la atención porque probablemente en su vida diaria tenga muchas carencias, pero que no es objeto del blog de una Compañía como Ditea, entiendo yo, darle cuerda a cuanto chalado quiera hacerse propaganda, no sé, todo comentario debe ser bienvenido, pero a esta mujer además de faltarle unos cuantos hervores y unas cuantas clases de literatura, rezuma una malicia consciente hacia componenetes del grupo que si no moviera a risa resultaría tristemente patético. Eso y mucho afán de protagonismo, para no decirnos ni quién es, que presumo alguien cercano al grupo - o a algunos de sus componentes cuando menos - por el conocimiento y tiempo que le dedica.
Así que ya sabes: "¿Ladran?, ergo caminamos!!".
Y si la vacaburra esta - todas estas ladies con fantasías sexuales de internet suelen superar los 90 kilos ampliamente - quiere añadir algo que lo haga en su blog, del que ya ha hecho suficiente propaganda en el de Ditea.
Un abrazo para todos, que estáis muy por encima de gente tan mediocre.
Fdo. El gibraltareño (por aquello del peñón).


Acepto su crítica, señor (que no caballero), pero, he de reconocer, que disfruto de este duelo en el que usted ha tirado el guante y yo lo he recogido, me divierte.
Mas temo que su verbo procaz solo denota su imposibilidad a responder a mis palabras con otras que le hagan justicia.
Sus insultos no hacen más que caer en saco roto y sus insinuaciones me han causado risa. Es usted un soez y un petulante insufrible que no admite que alguien pueda llevarle la contraria.
Pobre ego masculino herido, un ego tan grande que se ha sentido atacado por alguien sin intelecto ni conocimientos tan amplios como usted sobre literatura, literatos y otras lecturas.
He debido de dar demasiado en el blanco, en una llaga o herida lacerante entre los pliegues de su persona, señor (que no caballero, repito), para que responda con semejantes improperios.
Es usted un chabacano, un arrabalero y... como estoy en mi blog puedo decir que es usted un patán y un grosero.
Comentarle, señor de los gentilicios y frases hechas... Ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio... mi nombre es Catalina, en honor a mi bisabuela.

Por último comentarle al señor Campos y a todas las personas de Ditea, que me han decepcionado. No esperaba que, teniendo una criba en sus comentarios, aceptasen un post donde se veja a alguien cuando, en mi caso, no he ultrajado a nadie, pero así funciona el EGO, me temo... ¿no les parece?
Como se suele decir en estos casos... señores de Ditea... que les vaya bien, pero no cuenten conmigo.

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martes, febrero 03, 2009

Aquí cheira a morto

A petición popular (una sola persona se puede decir que es a petición popular?) he decidido realizar una pequeña reseña de esta obra protagonizada por el grupo de cámara DITEA, un grupo de actrices y actores aficionados afincado en la centenaria ciudad de Santiago de Compostela.
La obra, como ya habréis supuesto, se titula
Aquí cheira a morto (Aquí huele a muerto, para los castellano hablantes), adaptada de una obra de Alfonso Paso, Usted puede ser un asesino (me ha costado un pelín encontrarla, menos mal que existen las bibliotecas, tanto familiares como pagadas por toda persona que pague impuestos). La obra es una adaptación, como ya he dicho, en donde... pero para qué repetir lo que ya he escrito en el post de Ditea, aquí os lo dejo:
Invitada por unas amigas, me dejé arrastrar hasta aquel sótano de fotografías en blanco y negro y aún más abajo, en el parking 2 de aquel edificio, donde esperaban a nuestros traseros los pocos asientos que quedaban ya por cubrir.
En mi caso era consciente de su condición de actrices y actores aficionados (el precio del evento así los identificaba) y no esperaba ni más ni menos, solo sentía curiosidad.
Miré el programa de mano a ver si me sonaba alguien… y sí, Alfonso Paso, le gustaba a mi abuelo. A punto estuve de levantarme de la butaca para evitar ver la obra de tal autor, que Franco los tenga en su gloria. Pero la obra daba comienzo y tenía que molestar a demasiada gente a mi diestra y mi siniestra, así que decidí darle una oportunidad.

Cuál sería mi sorpresa al ver una obra dinámica, actualizada, evitando comentarios machistas, lo sé de buena tinta (leí la obra después). Está claro que el adaptador ha tenido buena mano. El protagonista está demasiado nervioso desde el principio de la obra, poniéndose de puntillas cual bailarina clásica, aunque es cierto que su desesperación era desaforada y el sudor completamente real, se debe dejar un par de litros de agua salada por el camino y eso es dar todo lo que se puede. El co-protagonista es infantil, pero sus réplicas, sus salidas, esas risas que provoca no son fruto de la casualidad, si no fuese así el personaje, si decidiésemos hacerlo serio, ¿qué habría de divertido en la obra?, ¿algunas de las salidas de las esposas?, ¿algún despiste del inspector?.
Las dos esposas son magníficas en su línea, la una con esa mala leche contenida, una dominatrix vestida de mujer casada (una de las mías, vamos, de las que guardan en un cajón las esposas de acero, el cuero y el látex para ocasiones especiales y perversas) y la otra con sus despistes y verborrea constante.
Con respecto al resto del elenco… (¿puedo ser crítica? ¿Me lo permitís? Y siempre siendo consciente de que ha sido el director el que ha tenido la última palabra, no tanto las actrices y actores)

La vecinita se quiere mucho a sí misma, acaricia sus caderas con cierta ansia, y eso va bien con su personaje a lo Marilyn que interpreta, pero ese pantalón deportivo que lleva por debajo, le quita realismo, chica, que se te vean las bragas no pasa nada, nadie se va a asustar, pero el pantalón es un horror (y se ve desde bastante atrás, créeme).
El jugador de tenis con el estetoscopio en la raqueta tiene una gran evolución, pero al final debería mostrar más seguridad en sí mismo.

El inspector debería marcar más lo de Horacio… que a mí y a una amiga tuvieron que contarnos la coña al final…pero su aire despistado y ligeramente infantil hacen de este inspector un ser adorable.

Cierto que el policía mira demasiado el periódico, pero también, teniendo en cuenta el tiempo que pasa en escena sin decir nada…
En cuanto al muerto, con esa cara de malote y chulo…tan sobrio (como usted bien dice) ummm… quise ponerlo en una cama, atado, amordazado, con una venda en los ojos… me chiflan los abusones, sobre todo para castigarles.
Y qué decir de las dos chicas que aparecen al final… corta, pero que muy corta aparición, de las que nadie comenta nada (¿no hace una de ellas de la tita de la vecinita?), chicas, muy bien, lástima de peluca fea… pero qué se le va a hacer.
En definitiva, enhorabuena al grupo
(director incluido), que sus tropiezos son como los de grupos profesionales, que gocéis de vuestro trabajo no remunerado (lo cual es una lástima) y que sigáis dándonos tan buenos momentos, como en Aquí cheira a morto… o mejores.

Bueno, he quitado unas palabras por aquí, otras por allá, ya que esta era mi respuesta a un señor, un tal Portugués, que escribió un post en el blog de Ditea y con el que no estaba totalmente de acuerdo.

En definitiva, os recomiendo que si esta compañía pasa cerca de vuestros pueblos, villas o ciudades, vayáis a verles, merece la pena

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