Teatro

Hace años que voy al teatro, tanto profesional como aficionado, y nunca se me había ocurrido comentarlos, y menos en un blog.
Esta idea la he sacado al ir a ver a un grupo de teatro aficionado, DITEA
La obra merece la pena, la verdad, si podéis ir, os la recomiendo, pero lo más divertido ha sido hacer mis comentarios en su blog (en el post de las fotos), incluso uno de sus componentes ha replicado lo que allí escribí (está en su derecho, pero solo consiguió que le replicase a mi vez...)
Una de las cosas que me dijo fue:

Creo que si no pudiese controlar mis nervios estaría sentado, mirando boli en mano tomando nota de todos los detallitos de aquellos locos que están en el escenario intentanto salvar, en la medida de sus posibilidades, el cometido al que, por azar, han sido adscritos.

Por si necesita alguna explicación la frase, alega que no soy capaz de subirme a un escenario y que me dedico a apuntar cada fallo de las personas que, superando sus miedos, suben a uno.

Hacía tiempo que no me reía tanto.

Compostela

A veces no aguanto esta ciudad de piedras viejas y brillos de cuarzo.
Sus casas húmedas, sus parques llenos de barro y sus árboles de verde tronco y más verde corazón.
A veces odio su lluvia fina que cala hasta la ropa interior, su viento helado que cala hasta los huesos y su escasa luz invernal que cala hasta el corazón.
Y la maldigo, la maldigo mil veces porque todo lo que aborrezco de ella también me fascina y me engancha como una yonki desesperada.
En mis variados viajes al centro de esta península aislada, con esa llanura seca castellana, con su amarillo irritante y su frío seco y cortante. O a la costa mediterránea con ese aire salado y pegajoso, donde el verde se refugia en el frescor de lo más alto de una palmera. O ese sur extenso de líneas militares de olivos verde oscuro y de tierra agrietada.
Luego miro con nostalgia, con morriña tan gallega, a estas tierras de verdores varios, de hojas caídas, de ríos susurradores de palabras perdidas, a esas piedras que siguen en pie contando historias.

Como te odio Compostela

FUERA!!

Al fin puedo levantar la cabeza, después de demasiado tiempo mirando al suelo como si mi cuello se hubiese roto en una torsión inusitada y desagradable. Y reconozco que en mi mirada sigue habiendo un fuego latente de enfado, pero también un acuerdo tácito de no agresión.
He cambiado, no sé si estoy o no más madura, quizás en breve me caiga de la jodida rama de la que estoy colgada, pero mientras tanto, espero que tengáis una buena vista desde ahí abajo... no llevo bragas.
Ahora sonrío más que antes, tengo más inseguridades en mis relaciones más allá del sexo puro y duro, todo por su culpa, pero, también me siento más payasa, divertida y me he conocido más de lo que nunca conseguí conocerme a su lado... así que creo que he ganado la partida, sobre todo a la depresión que, por momentos, creí que me había vencido.
Soy una puta ingenua y no me he vuelto una cínica, una borde, en resumidas cuentas, una idiota.
No, no soy perfecta, pero hacia eso me encamino.

¿Creéis que soy pedante?

Pues si vosotras y vosotros no ansiáis mejorar, no deseáis no estancaros en un trabajo monótono, en lo que lo máximo a lo que podéis aspirar es tener al lado a una persona que solo os acompañe el resto del camino sin aportar nada, en la que vuestra máxima satisfacción sea salir a tomar una cerveza con las y los amigos...

Qué queréis que os diga, a mí me parecéis patéticos, personajes tristes que me rodean y me bloquean el camino con sus normas y sus reglas preestablecidas, normas y reglas de las que nunca han dudado, grises personajillos de mi vida multicolor.

APARTAOS DE MI CAMINO Y DEL CAMINO DE TODA PERSONA QUE ANSÍE ALGO MÁS QUE EL TEDIO DE VUESTRA VIDA!