jueves, abril 06, 2006

Melisa

Este fin de semana, primeros de abril, decidí salir por la movida de mi ciudad para ver si la presa de la que os hablé hace un par de meses seguía en el mismo bareto.

Allí estaba, "detrás de la barra del único bar que vimos abierto".

Se movía rauda rodeada de mirones que no apartaban sus ojos de su bonito escote.

Con una camiseta de tiras, unos pantalones amplios, un piercing en la nariz, su cabello rizado, negro y rebelde contenido por una diadema multicolor...

La mayoría de las mujeres de aquella sala la miraba con envidia, pero otras...

En cuestión de hombres, hasta a los que las mujeres no les gustan, la miraban con un brillo lujurioso en sus pupilas.

Para mí es una pantera negra, con sus ojos rasgados y oscuros, sus carnosos labios rellenos de promesas y cubiertos por carmín (debe gastar una barra entera todas las semanas)

Comencé a mirarla con insistencia, decidí que fuese ella quien me pusiese la copa, así se lo dije a los otros camareros. Al final se lo dijeron y me preguntó, con su voz gutural, qué quería.

Mira con qué tontería consigues hablar con una mujer.

Ya sé que se llama Melisa Gato y que, curiosamente, odia a estos animales.

Que nació en Africa y que sus antepasados eran nubios.

Este fin de semana... promete.

1 Comments:

Blogger lak_brona said...

Que haya suerte nena ;)y a ver si compartes que te las llevas tú todas só jodía!

5:35 p. m.  

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